Pelea en el escenario: el cantante de Jane’s Addiction agrede a su guitarrista en pleno concierto.
La triste escena se produjo al paso de la mítica banda de rock por Boston.
La historia de Jane’s Addiction, turbulenta como pocas en el rock, ha tenido un nuevo y triste capítulo durante la esperadísima gira de reunión de la banda. En los últimos instantes de su concierto en el Leader Bank Pavilion de Boston (Massachusetts), este pasado viernes, el cantante del grupo, Perry Farrell, agredió sin motivo aparente al guitarrista Dave Navarroy la escena ya corre como la pólvora en las redes sociales.
En el vídeo se ve cómo Farrell, que está cantando mientras Navarro hace un solo con su instrumento, empieza a ponerse nervioso durante la interpretación de la canción ‘Ocean Size’ y acaba acercándose a su compañero para gritarle en la cara, darle una empujón y finalmente soltarle un puñetazo. El músico, que inicialmente trata de detener a Farrell sin éxito, se queda estupefacto tras el golpe mientras varios miembros del equipo de gira suben a las tablas para llevarse al vocalista entre zarandeos.
Una vez sacado al cantante del escenario, el resto de los miembros de la banda se acercaron al borde de las tablas para abrazarse y darlas gracias al público, mientras Navarro lanza su púa al público con cara de estar todavía en shock por lo sucedido.
Perry Farrell, que ha tenido graves problemas con las drogas durante su vida en la carretera, dio muestras de no encontrarse bien ya el pasado martes en un concierto en Nueva York, donde admitió ante sus seguidores que «algo» iba «mal» con su voz. «De repente no puedo sacar las notas», dijo el artista, al que aún le quedan 15 actuaciones con la banda para terminar la gira, cuya última fecha es el 16 de octubre en el YouTube Theater de Los Ángeles.
Al día siguiente, su compañero de banda Eric Avery publicó en Instagram: «Estoy deseando tener otra oportunidad en este espectacular local de la azotea esta noche. Soy optimista y seremos mejores». Y un asistente escribió: «Había visto las noticias sobre el estado de Farrell el martes, así que me inquieté cuando empezó el concierto. Todos mis temores se disiparon rápidamente, ya que mi primera experiencia con Jane’s fue genial. Farrell cantó muy bien, Perkins se lució detrás del kit, Navarro estuvo matador y Avery ancló la banda con su trabajo constante en el bajo. … Algunas de las historias que contaba Farrell entre canción y canción eran atractivas y otras divagaban mientras bebía de una botella de vino. También estaba obsesionado con un aparato que, imagino, se suponía que añadía efectos a su voz, pero que no tuvo mucho impacto para mis oídos. Sin embargo, a la hora de cantar las canciones, Farrell clavó la mayoría».
Una crónica de esa misma velada apunta a sus excesos con el alcohol como razón para el declive de Farrell en este último tramo de la gira. «Farrell se lanzó a muchos desvaríos sin sentido sobre pastos de vacas, setas, surf, vivir en Florida y discutir con su hermano sobre política, entre otros comentarios indescifrables mientras bebía a grandes tragos una botella llena de vino durante toda la actuación… En un momento dado, durante una de sus divagaciones, Navarro hizo sonar deliberadamente un acorde fuerte y desgarrador en su guitarra, casi como para silenciar a Farrell y volver a encarrilar el espectáculo».
El grupo, formado a mediados de los ochenta, tiene un amplio historial de sucesos dramáticos relacionados con las drogas y éstas fueron el detonante de su primera separación en 1991. Su cantante ha sufrido varias sobredosis de heroína, y de hecho el propio nombre de la banda surge de la adicción a la heroína de una amiga suya. Jane Bainter, una de las primeras musas y compañeras de piso del grupo en una casa victoriana de la calle Wilton de Hollywood, intentaba dejar la heroína e inspiró el verso «I’m gonna kick tomorrow» de la canción ‘Jane Says’ de 1988. La banda se bautizó Jane’s Addiction en honor a Bainter cuando publicó su álbum de debut, ‘Nothing’s Shocking’, en 1988.
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El grupo no ha emitido ningún comunicado sobre el incidente de Boston hasta el momento, pero algunos de los asistentes han compartido sus sensaciones sobre lo sucedido en las redes sociales. «Yo estaba allí. El público estaba desconcertado. Mitad cabreados porque el concierto acabara pronto y mitad emocionados porque quizá hayamos visto el último concierto de Jane’s Addiction», decía uno de ellos. Otro, en tono sarcástico, ha escrito: «Jane’s Addiction se van a separar antes que Oasis, Dios mío».